Se ha dicho muchas veces que el gol se parece al orgasmo. Existen, por ejemplo, afirmaciones teóricas como la de Eduardo Galeano en su libro El fútbol a sol y sombra: "El gol es el orgasmo del fútbol; como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna". Y existen constataciones empíricas. Según Iván Zamorano, "marcar un gol es como tener un orgasmo, algo tan fascinante que cuesta explicarlo". Hay quien considera que la comparación se queda corta: "Este gol ha sido mejor que un orgasmo", dijo Hernán Crespo, en su época milanista, tras marcarle uno al Manchester United.
Yo no estoy tan convencido, aunque no me siento en condiciones de negar que exista una relación directa entre el gol y el placer sexual: nunca he marcado un gol en un gran estadio repleto y nunca he tenido, que yo sepa, un orgasmo ante 60.000 espectadores. Y para opinar sobre esas cosas hay que tener experiencia.
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