El sexo en tiempos revueltos · ELPAÍS.com:
"Paro, incertidumbre, estrechez económica. la recesión arrecia fuera. pero ¿Y en la cama? ¿Cómo afecta la crisis al deseo sexual? ¿lo hacemos más, igual o menos que antes? depende. muchos no tienen cuerpo para ponerse a ello con la que está cayendo. otros, sin embargo, encuentran en él una válvula de escape. A fin de cuentas, es gratis.
Hasta hace un año, V. G. era una ejecutiva de posición acomodada, gimnasio por las tardes y un trabajo enriquecedor aunque estresante. Mujer madura y divorciada, de sexo funcional y algo rutinario con su pareja: 'Lo hacíamos entre semana algún día o lo dejábamos par el fin de semana'. Con los primeros síntomas de deshielo económico, a principios de 2008, su empresa decidió dejar de contar con ella. Reacción: 'Te hundes. El primer mes en paro vas dando tumbos. Parece una película. Con dos niños, los mismos gastos y muchos menos ingresos...'. Se vio obligada a renunciar al gimnasio y a algunos de sus placeres cotidianos. Pero encontró otros. Menos costosos. Igual de reconfortantes, o más. Por ejemplo, el sexo. Dice: 'Me siento más deseada que nunca, y deseo más a mi pareja que nunca'."
"Paro, incertidumbre, estrechez económica. la recesión arrecia fuera. pero ¿Y en la cama? ¿Cómo afecta la crisis al deseo sexual? ¿lo hacemos más, igual o menos que antes? depende. muchos no tienen cuerpo para ponerse a ello con la que está cayendo. otros, sin embargo, encuentran en él una válvula de escape. A fin de cuentas, es gratis.
Hasta hace un año, V. G. era una ejecutiva de posición acomodada, gimnasio por las tardes y un trabajo enriquecedor aunque estresante. Mujer madura y divorciada, de sexo funcional y algo rutinario con su pareja: 'Lo hacíamos entre semana algún día o lo dejábamos par el fin de semana'. Con los primeros síntomas de deshielo económico, a principios de 2008, su empresa decidió dejar de contar con ella. Reacción: 'Te hundes. El primer mes en paro vas dando tumbos. Parece una película. Con dos niños, los mismos gastos y muchos menos ingresos...'. Se vio obligada a renunciar al gimnasio y a algunos de sus placeres cotidianos. Pero encontró otros. Menos costosos. Igual de reconfortantes, o más. Por ejemplo, el sexo. Dice: 'Me siento más deseada que nunca, y deseo más a mi pareja que nunca'."
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