"Parafraseó a Benedicto XVI, que ayer había usado las mismas palabras para describir la situación social del país; el cardenal ofreció una misa ante miles de fieles reunidos para venerar a San Cayetano en el santuario de Liniers"
San Cayetano: algo para comprender
Por Alvaro Abós
Para LA NACION
Buenos Aires tiene ganada fama en el mundo como ciudad cosmopolita. No hay duda de que lo es pero también alberga devociones populares. Como las que, por estos días de agosto, lleva a tantos fieles a una iglesia modesta, que se levanta en el número 150 de la calle Cuzco, en la popular barriada de Liniers. Miles y miles de personas, acampan días y hasta semanas enteras en las calles del barrio, a las puertas del templo, y lo abarrotan cuando es medianoche, para tocar la imagen del santo. Algunos de esos peregrinos son pobres de solemnidad y otros van bien vestidos, porque la fe y la esperanza no saben de modas ni de estadísticas. Han ido allí, a veces viajando miles de kilómetros, para pedirle al santo que les dé trabajo, o para agradecerle porque ya lo tienen. Este año, como todos los años desde hace por lo menos cuarenta, cuando tomó fuerza esa devoción por San Cayetano como dador del beneficio del trabajo, la festividad es mirada como un barómetro de la situación social del país.
Orgullosa en su modernidad, pujante y ostentosa en su pináculo de capital vanguardista, Buenos Aires no sólo es devota de San Cayetano, sino que alberga otros santuarios populares. Las devociones son cambiantes como la sociedad que las vive. En los últimos años, han crecido los fieles que peregrinan al templo de la Virgen de Desatanudos, en la calle Navarro al 2460, del barrio de Villa Devoto, para llevarle ofrendas, formular sus urgentes pedidos y encomendarse a la santa. Otros, en cambio, acuden a rezar frente a las muchas imágenes de San Expedito, que poseen diversas iglesias de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario