19.4.05
La paz de los que ya no hacen colas
El mismo día de la tensa espera en el Consulado Español y el relajante cafecito, tenía que emprender un camino que me resulta dificil: visitar la tumba de mi madre en el Cementerio del Este, llevarle flores. Me deprimen los cementerios. Pero es innegable la sensación de paz, necesario tras la interminable y serpenteante cola para llegar al camposanto (aun durante la semana) y el sofocante calor.
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