Un magnate estadounidense que colecciona clásicos paga 28 millones de euros por este vehículo del que se hicieron 39 unidades
Borja Olaizola - ABC.es
Borja Olaizola - ABC.es
Drew Phillips
Cuando uno es capaz de poner encima de la mesa 370 millones de euros por divorciarse de su mujer, desembolsar 28 por darse un capricho en forma de coche debe resultar incluso gratificante. Al multimillonario Craig McCaw (Washington, 1949) no le suele temblar la mano a la hora de estampar su firma bajo cantidades que aturden al resto de los mortales.
Este magnate de las telecomunicaciones acaba de convertirse en el propietario del coche más caro del mundo después de haber abonado el equivalente a unos 4.700 millones de las antiguas pesetas por un Ferrari 250 GTO de 1962. La transacción se llevó a cabo a finales del pasado mes y el nombre del comprador, que en esta clase de operaciones suele quedar en el anonimato, ha salido a la luz de la mano de la agencia Bloomberg.
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