Con más de 43 años de carrera, el quinteto que asegura que ya funciona como un grupo familiar, habla de ¡Chist!, una antología de sus mejores obras.
Laura Ventura
Para LA NACION
ROSARIO.- Un espectador hace callar a otro, sentado detrás de él, en la función de ¡Chist! . "No me arruines los remates. Yo también los conozco", le suplica. Les Luthiers tiene, además de espectadores, fanáticos. Rosario es el lugar elegido desde hace varias temporadas para iniciar la gran rueda que mueve a sus espectáculos. En la agenda del quinteto, existen compromisos hasta 2014, en la Argentina y en España, donde nuevamente fueron nominados al Premio Príncipe Asturias a las Artes 2011.
Los cinco buscan el diálogo. No les interesa tanto el papel de entrevistados, pregunta-respuesta y pregunta-respuesta otra vez, como mantener una conversación. Están sentados a una mesa larga, uno al lado del otro, pero ellos se encargan de crear un círculo. "Somos amigos y somos familia. Ambas. El trabajo nos une y, a veces, una actividad individual nos separa. Creo que uno de los crecimientos más importantes del grupo fue valorar las individualidades y permitir el desarrollo de cada uno. Es una convivencia muy buena. Ningún grupo de enemigos puede hacer una fiesta como la que hacemos nosotros tantas veces por semanas", dice Daniel Rabinovich. Marcos Mundstock se concentrará en una hoja de papel durante toda la charla. Acotará y festejará los chistes de sus compañeros, pero la vista la tendrá siempre sobre la hoja y más tarde develará qué trama.
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