Esto sucedió hace algún tiempo, y aunque parece sacado de una película de Alfred Hitchcock, de John Carpenter o peor aun de David Cronenberg, fue real...
Luego de celebrar con una amiga "su dia" - el de brujas, y esperar juntos el arribo de "mi dia" al pasar la medianoche (o sea el dia de todos los santos) la lleve a su casa en medio de una tormenta infernal; no se veia casi nada con la espesa lluvia, toda la ciudad era un caos, inundada... en fin, pude dejar a mi amiga sana y salva en su casa y tomar la autopista del este.
La tormenta arreciaba aun mas fuerte y se me accidento el carro. Busco el celular: sin bateria. Reviso la guantera: no tengo el cargador para carro. Asi que con bastantes tragos de mas y asustado por la tormenta, bajo del carro a ver si providencialmente consigo ayuda. Me paro en plena tempestad, sin casi poder ver a mi alrededor, a la orilla de la autopista, ya bien pasada la oscura medianoche.
Con la ilusion que alguien me ayudara me pongo a pedir cola (autostop), soportando la terrible tormenta esa noche sin luz de luna...
Pasó un tiempo pero nadie paraba, en tal abismo oscuro tampoco lograba distinguir bien que vehiculos pasaban. La tormenta era tan fuerte que apenas sí se alcanzaba a ver a unos dos metros de distancia.
De repente, como surgido de una pesadilla, veo como un extraño carro con las luces apagadas se acerca lentamente hasta que me roza y se detiene momentaneamente a mi lado. No lo pense, fue institivo, ni se como lo hice pero abri la puerta y me monte, no aguantaba mas estar bajo la inclemente tormenta. Creo que apenas tuve tiempo de encomendarme a Dios al ser tan impulsivo, si lo pienso, tal vez no lo hago: el miedo, o mas bien el terror me habrian paralizado, en el momento no dude por lo precario de mi situación, en fin, subi al carro y cerre la puerta.
Con el destello de un relampago atino a mirar al frente, hacia el asiento del conductor y el frio recorre mi columna vertebral, mi cuerpo se cubre de sudor helado por el terror de comprobar que nadie va conduciendo el vehiculo.
El carro prosigue su marcha suave, silenciosa, pausada. Estoy paralizado por el terror. Mas aun: comienzo a escuchar voces que susurran algo que no entiendo, oigo lo que parecen ser forzados jadeos y quejidos, pero estoy seguro que soy el único a bordo del automovil.
Otro relampago, miro hacia adelante, mas alla del puesto del ausente conductor y el parabrisas, veo un tramo de la ruta y con horror compruebo que algo mas adelante hay una peligrosa curva.
Asustado, comienzo a rezar e implorar por mi salvación a voz en pecho al vislumbrar lo que seria mi trágico destino tras esa fatídica noche de brujas, maldito el momento que decidimos celebrarla, esa blasfemia segaria mi vida en instantes.
Aún no he terminado de salir de mi espanto cuando, justo antes de llegar a la curva, aparece una mano tenebrosa por la ventana del conductor y mueve el volante lentamente pero con firmeza.
Continuo paralizado del terror y ahora estoy sin aliento, entrecierro los ojos a causa del miedo que recorre todas las células de mi cuerpo y me aferro con todas mis ultimas fuerzas al asiento; inmóvil e impotente veo cómo sucede lo mismo en cada curva de la oscura autopista mientras arrecia aun mas la tormenta como si pretendiera romper los cristales del carro; los forzados quejidos, jadeos y lamentos aumentaban a cada segundo, lo que me provocaba aun mas espanto si fuera posible, tanto que me fui haciendo un ovillo acurrucado en el asiento.
De pronto escucho unas voces jadeantes que me dicen...
- No te escondas, que te vemos... ¿porque te escondes?
Totalmente helado por el pánico, tras varios segundos sin atreverme a contestar, y ante la insistencia de las voces que me repetían lo mismo una y otra vez, no se de donde saque fuerzas y respondi, mas bien grite ...
- ¡Por favor no me hagan nada!, ¡Por favor no!
Tras lo cual escucho una voz ronca, fuerte y clara que me grita...
- ¿Que no te hagamos nada desgraciado?, como no salgas del carro y empujes como todos los demás, te vamos a reventar a golpes no joda !!!
1.11.05
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